Capitulo 1
Reynolds contemplaba las nubes pasar una tras otra.Estaba tan aburrido, como cada mañana, contemplando el horizonte, sin resolución para efectuar ninguna tarea. Todos los días eran iguales, Reynolds era un chico de 17 años y por lo visto era bueno para hacer determinadas cosas. Hoy en día el gobierno elegía tu camino, hacían varios test de capacidades desde prácticamente el nacimiento, eso te iba condicionando y a él le había tocado estudiar ingeniería biomecánica. Reynolds realmente no entendía qué se le daba bien hacer para que fuera una cosa tan concreta como ingenieria biomecanica.
Cada vez la gente se especializaba antes, desde los tres años empezaban los tests. Tests por todas partes: psicológicos, de actitud, midiendo tus capacidades físicas y motrices… y los resultados eran como la palabra de Dios. Una vez te decían que ibas a ser algo, no podías dejar de serlo. Así era el sistema, no se podía luchar contra él.
El sistema funcionaba, o eso parecía. Desde que se había instaurado, había decrecido el paro, la motivación en el trabajo era más alta en general y la tasa de delincuencia se había reducido. Había sido un cambio lo suficiente rápido como para que la gente se acordara de lo mal que estaba la sociedad antes, y lo suficientemente lento como para que las mentes más retrógradas no lo rechazaran de pleno. Sin embargo, a Reynolds no le gustaba. Para él, faltaba un factor más humano, y nunca había tenido la posibilidad a elegir. Aunque por otra parte se alegraba: fisica y matematicas siempre fueron sus fuertes. Tampoco tendría que estudiar historia, que era uno de sus mayores puntos flacos, así que no se podía quejar.
Sin embargo, seguía faltando algo.
Reynolds creía tener derecho a elegir, a equivocarse, a decidir qué era mejor para él, o a preocuparse por su futuro. Sin embargo, con el sistema ya estaba todo hecho. Se sentía como si fuera un bebe y le estuvieran alimentando con papilla: una sustancia que contenía todo lo necesario para crecer pero que no necesitaba ni ser masticada, y te la introducían en la boca en las cantidades que ellos querían.