Futuro incierto.

Futuro incierto

La tierra nos separa,

Un mundo de por medio

Distancia insalvable

El tiempo se hace eterno

Años,meses , estaciones

Hasta tener un simple beso

Capricho divino, anhelo perdido

Que me depara el destino

Desaire perezoso

Camino lleno de pinchos

Aguantare los caprichos

Del triste destino

Una mirada basta

Un beso que es fuego

Anhelo de aliento

Besar tu cuello

Recorro el camino

Hacia un futuro incierto

Mas encontrarte en la meta

Mi único aliento

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Bosque encantado

Una joven llora en el bosque

Otra canta bajo la cascada

Más pesar no es lo que siente

Alborozo en su mirada

La vida le sonríe, preciosa juventud

Corretea alegre , melodía de laúd

El otoño llega, su regazo reserva

Sueños esperanza, tranquila aguarda

Hermoso atuendo serena mirada

¿Que sera lo que la joven aguarda?

Pequeño nicho, escondido parece

Secreto compartido, quiere verte

Encuentro casual, fruto del destino

Tan predeterminado como prohibido

Suave minuendo

Desgracia predicha

Lamento de dicha

Flores marchitas

Marchito el recuerdo

Futuro incierto

Sinfonía etérea

Oda a a la vida

Vida de un muerto

Vividos, recuerda

Corre deprisa

Corre sin pausa

Detente a menudo

Corre por horas

Marino ahogado

nunca volverá

Ni la mar, ni a su mujer

Otra vez a contemplar,

su ultimo aliento

Digno de recordar

Su máxima virtud

La libertad

Mas en sus últimos momentos

Solo pudo desear

Un último aliento

En pos de recordar

Aciago día

aciaga la noche

Triste destino

Para tan gran hombre

Desaires del destino.

Desisto, hastiado intranquilo

Tranquilo que un día fue

El mar azul antes de la tempestad

Vendaval que desató su ira sin igual

Despojos quedaron en la playa

Salitre, pensamientos confusos

Migraña enmaraña los residuos

Aciago día aquel, paraíso a la nada

Pequeñas caracolas en la arena

Distintas gotas en la mar

Ira, desatino, nada sin igual

Rostros resonantes juzgan sin piedad

Culpable o inocente que mas da

No hay nada que el destino llega a abarcar

Luces distantes, al otro lado del mar

¿Una isla? ¿supervivientes? ya da igual

Solo queda esperar

Marino ahogado

nunca volverá

Ni la mar, ni a su mujer

Otra vez a contemplar,

su ultimo aliento

Digno de recordar

Su máxima virtud

La libertad

Mas en sus últimos momentos

Solo pudo desear

Un último aliento

En pos de recordar

Aciago día

aciaga la noche

Triste destino

Para tan gran hombre

Verdugo

Verdugo verdugo

Nombre bonito

Voz suave

Mirada penetrante

Tono siempre grave

Verdugo verdugo

Que bien trabajas

Que poco te agradas

O verdugo

Por que no elegiste ser pintor

O tal vez compositor

Segas vidas

Segas penas

Todo a pesar

De ser poeta

¿Por que verdugo?

Querías ser feliz

¿Por que verdugo?

Querías respetar

Vientos de cambio

El hombre mira al cielo

Aquel que un día se preguntó

El viejo mira al suelo

Aquel que solo se arrastró

Mirando el cielo contempla

Nubes danzantes, sinfín de escenas

Contempla el cielo, contempla nereidas

Cuatro estaciones, preciosa primavera

El hombre que miró,

Un mundo entero contempló

El viejo que miraba

La tierra sin cesar

Mas nada que sus pies

Llego a conservar

Vaho se perfila tras los cristales

Joven anhelante

Perdido en mente

Que es eso? Resuenen timbales

Aguamarina pura

Reto perdido

Brumas con sorna

Sarcasmo abrumado

Lamento infantil

Huele a vida

Estertor tardío

Muere por un beso

Diluvio marea estío

Trueno suena viento

Dioses hombre credo

Desfilad, haced eco

Repiqueo, silencio

Levanta la cabeza,

Existe es cierto

Infinidad de posibilidades

Silencio

Capitulo I parte I

Capitulo 1

Reynolds contemplaba las nubes pasar una tras otra.Estaba tan aburrido, como cada mañana, contemplando el horizonte, sin resolución para efectuar ninguna tarea. Todos los días eran iguales, Reynolds era un chico de 17 años y por lo visto era bueno para hacer determinadas cosas. Hoy en día el gobierno elegía tu camino, hacían varios test de capacidades desde prácticamente el nacimiento, eso te iba condicionando y a él le había tocado estudiar ingeniería biomecánica. Reynolds realmente no entendía qué se le daba bien hacer para que fuera una cosa tan concreta como ingenieria biomecanica.

Cada vez la gente se especializaba antes, desde los tres años empezaban los tests. Tests por todas partes: psicológicos, de actitud, midiendo tus capacidades físicas y motrices… y los resultados eran como la palabra de Dios. Una vez te decían que ibas a ser algo, no podías dejar de serlo. Así era el sistema, no se podía luchar contra él.

El sistema funcionaba, o eso parecía. Desde que se había instaurado, había decrecido el paro, la motivación en el trabajo era más alta en general y la tasa de delincuencia se había reducido. Había sido un cambio lo suficiente rápido como para que la gente se acordara de lo mal que estaba la sociedad antes, y lo suficientemente lento como para que las mentes más retrógradas no lo rechazaran de pleno. Sin embargo, a Reynolds no le gustaba. Para él, faltaba un factor más humano, y nunca había tenido la posibilidad a elegir. Aunque por otra parte se alegraba: fisica y matematicas siempre fueron sus fuertes. Tampoco tendría que estudiar historia, que era uno de sus mayores puntos flacos, así que no se podía quejar.

Sin embargo, seguía faltando algo.

Reynolds creía tener derecho a elegir, a equivocarse, a decidir qué era mejor para él, o a preocuparse por su futuro. Sin embargo, con el sistema ya estaba todo hecho. Se sentía como si fuera un bebe y le estuvieran alimentando con papilla: una sustancia que contenía todo lo necesario para crecer pero que no necesitaba ni ser masticada, y te la introducían en la boca en las cantidades que ellos querían.

Rima III

Me encanta la cadencia que tiene

tuentreunmillon's Blog

Sacudimiento extraño 
que agita las ideas, 
como huracán que empuja 
las olas en tropel. 

Murmullo que en el alma 
se eleva y va creciendo 
como volcán que sordo 
anuncia que va a arder. 

Deformes siluetas 
de seres imposibles; 
paisajes que aparecen 
como al través de un tul. 

Colores que fundiéndose 
remedan en el aire 
los átomos del iris 
que nadan en la luz. 

Ideas sin palabras, 
palabras sin sentido; 
cadencias que no tienen 
ni ritmo ni compás. 

Memorias y deseos 
de cosas que no existen; 
accesos de alegría, 
impulsos de llorar. 

Actividad nerviosa 
que no halla en qué emplearse; 
sin riendas que le guíen, 
caballo volador. 

Locura que el espíritu 
exalta y desfallece, 
embriaguez divina 
del genio creador… 
Tal es la inspiración. 

Gigante voz que el caos 
ordena en el cerebro 
y entre las sombras hace 
la luz aparecer. 

Brillante rienda de oro 
que poderosa enfrena 
de la exaltada mente 

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